El viaje misionero a Honduras se compone de muchas actividades. Se lleva dinero para compra de alimentos y también para obras permanentes. En esta ocasión se construyeron dos duchas cerradas en cemento, se hizo un área de cocina enchapada con grifo para agua y un fregadero. Se donó dinero para la comprar de efectos escolares, herramientas de construcción y labranza del terreno. Además pintura para pintar una escuela en el Barrio el Son, donde muchos niños asisten a tomar sus clases. Todo esto es posible gracias a la generosidad de todos los amigos de la Fundación que aportaron dinero en efectivo para cubrir necesidades en Honduras. ¡Gracias a todos! ¡ Que Dios los Bendiga!